Adriana

En el sereno abrazo del parque de Oromana, Adriana despliega su sonrisa como un rayo de sol entre los árboles antiguos que han sido testigos mudos de tantas historias. Allí, entre caminos de tierra y bancos de piedra, se revela la calma de una infancia que se detiene un instante, como suspendida en el tiempo. El susurro del viento acaricia sus cabellos mientras su mirada, luminosa y serena, nos invita a acompañarla en ese momento único de su vida. Es un reportaje que no busca la grandilocuencia, sino la quietud de lo sencillo, la belleza de lo efímero y la ternura de lo auténtico. En cada fotografía, Adriana no sólo se muestra como la protagonista de su propia historia, sino que el parque entero parece rendirse a su paso, envolviéndola en un halo de memoria y luz, eternizando para siempre la magia de aquel día en Alcalá de Guadaíra.